domingo, 9 de agosto de 2009

El año en el que descubrí a Ian McEwan

Decía TS Elliot en no sé qué artículo que un escritor no podía ser verdaderamente moderno a menos que se hiciera cargo por completo de su propia tradición. El autor de On Chesil Beach, Saturday, Amsterdam o Atonement revisita como nadie el siglo XIX (Atonement es un homenaje a la Jane Austen de Northernger Abbey o Emma), la narrativa más convencional del XX (esa misma novela parece una reescritura de altura de una novela poco conocida en España titulada The Go-Between, de LP Hartley), las unidades de tiempo clásicas (como en Chesil Beach, Saturday o Atonement, con esa insistencia en la unidad de las veinticuatro horas.) Además, como hace en Amsterdam, muestra crudamente, sin ambajes, dilemas que resumen las ansiedades de personas que se asoman al cambio de siglo como si estuvieran en un precipicio que apenas han elegido. Ya lo dije en una nota anterior: si hay un escritor que capta parte del "zeitgeist" de estas últimas décadas es el venerable y muy británico Ian McEwan.

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