viernes, 26 de marzo de 2004

El corazón es un cazador solitario (The Heart is a Lonely Hunter), Carson McCullers, 1941


La primera frase de la novela ya es un adelanto de todo los concerniente a la homoafectividad de esta novela: “In the town there were two mutes and they were always together.” Por un lado tenemos la irremisible necesidad de estar juntas de dos personas; por otro, el silencio sobre la naturaleza de esa necesidad.

Los dos mudos se llaman John Singer, el cual constituye el núcleo de unión para el resto de personajes, y Antonapoulus, un griego que es transportado desde el comienzo de la novela a un psiquiátrico al que su amigo va regularmente a visitarlo.

El resto de personajes constituyen un fresco de la América sureña de los años treinta: un médico negro que vive con la gran frustración de ver a su gente resignarse a su situación social y racial en esa sociedad hostil e injusta en la que les ha tocado vivir; una adolescente, Mick Kelly, cuyos sueños y creatividad perecen aplastados por la realidad que sabe no va a ser capaz de superar desde el momento que ingresa en el mundo de los mayores; Brannon, el dependiente de un café que no cierra nunca y al que inopinadamente todos entran como espectros para ver la vida pasar; y Jack, excéntrico y desilusionado socialista que casi ha perdido la esperanza por poder cambiar el mundo y que a cambio decide vagar y vagar.

Todos ellos encuentran solaz en las conversaciones que tienen con Mr Singer, el cual apenas puede oírlos mas sí comprenderlos. Gracias al mudo tdos encuentran su voz, quizá por última o única vez en sus vidas.

Cuando Singer se suicida tras la muerte de su compañero todos quedan a la deriva, sin rumbo, sólo con la ligera esperanza que da un nuevo e incierto sol.

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