jueves, 4 de junio de 2009

Recuerdos alicantinos en Dársena

Este domingo pasado, Miguel, Antonio y yo fuimos a Alicante al teatro, donde nos vimos también con Juanfran y su nueva compañía. Debido a la hora tan europea de la función (seis de la tarde), decidimos irnos a la capital costera a comer, y así, de paso, rememorar viejos tiempos en el Dársena, un pijo restaurante de la zona del puerto. Ir a Dársena, aparte de darte un homenaje con uno de los mejores arroces que puedes comer en Alicante, es además para nosotros, acordarnos de esas oposiciones que Miguel hizo allá en el 2001, y que fueron las primeras que aprobó. Fue entonces cuando Miguel me lo dio a descubrir, en esa inolvidable comida con Antonio (su ex-Antonio), una compañera de éste y Rosa de Orihuela. Luego volvimos con mi madre y mi hermano; y creo que hasta hubo una tercera vez Miguel y yo solos.
Esta ocasión, tal y como ocurrió con las que la precedieron, ir al Dársena se convirtió en mucho más que una simple comida: fue toda una ocasión a los buenos momentos pasados en buena compañía. El precio, caro, no nos importó. Es de estos restaurantes en los que no te acuerdas lo que te ha costado el cubierto y, si lo haces, no te importa.

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